jueves, 1 de diciembre de 2011

Posición ante la Crisis Nacional

Encuentro: Liderazgo y Reconciliación,
Esperanza para la  Transformación
La Comunidad Cristiana de Liderazgo (CCL), con el apoyo y en  alianza con  la Confraternidad Evangélica  de Honduras (CEH), Visión Mundial Honduras, la Alianza Cristiana por el diálogo y la conciliación, el FOSDEH y el Centro de Acción Social Menonita  se pronuncian  y comparten  con  la Comunidad nacional sus reflexiones y líneas de acción a partir de la celebración y resultados del Encuentro Liderazgo y Reconciliación, Esperanza  para la Nación, celebrado en Tegucigalpa el 14-15 de noviembre.
Posición ante la Crisis Nacional
1.       Reconocimiento  de una Multicrisis Compleja y Profunda
 La crisis actual de Honduras es  una  multicrisis con diversas facetas, profundidades, articulaciones y características.  Es una crisis moral y  espiritual con consecuencias en todas las esferas del quehacer humano. Consecuentemente,   tiene  connotaciones múltiples en la sociedad hondureña. Tratamos de desarrollar  una perspectiva cristiana porque estamos convencidos  que el actual escenario de multicrisis amerita un enfoque integral y diferente a fin de aportar luz  en esta oscuridad. Por tanto, se  requiere identificar principios y elementos de la cosmovisión cristiana.
2.       Familia Fundamento de la Transformación
El Cuarto Encuentro de la Comunidad Cristiana de Liderazgo de Honduras, está consciente que, sin una familia sólida, unida, fortalecida, la nación no podrá consolidar una sociedad estable, responsable y solidaria, por cuanto es la primera institución creada por Dios, en donde se forman las generaciones, los principios y valores que sustentan la convivencia armónica y las buenas costumbres, que son fundamentales en la vida del resto de organizaciones sociales, económicas y culturales del país. En ese sentido, llama a preocupación el proceso de descomposición que se expresa en el creciente porcentaje de nacimientos de hijos sin padre y la maternidad prematura, a lo cual se suma políticas de Estado que descuidan la protección de la familia, a pesar de ser una disposición constitucional y que, cuando se hace, el enfoque paternalista no contribuye a la formación y consolidación de la familia como unidad; sino más bien, tiende a crear actitudes mentales de dependencia estatal, que repercute socialmente en comportamientos de incapacidad, negligencia y dependencia. Además, el Estado siempre será incapaz de sustituir las responsabilidades financieras y morales de los progenitores, frente a la crianza de los hijos. Ante tal situación, sugerimos una revisión de las políticas sociales, a fin de reorientarlas apropiadamente.

En el evento reconocimos plenamente la necesidad de que los hogares hondureños tengan en su interior, la Palabra de Dios, el Pacto Matrimonial que supone una relación de amor y a la vez el cumplimiento de una Ley; además, el principio de paternidad responsable que es básica para construir y orientar una relación de pareja y familia en orden y en la paz de Dios, donde se establecen los límites de cada uno de sus miembros, a la par de los privilegios sin egoísmos. El cuarto Encuentro de la CCL exhorta a la iglesia cristiana y al gobierno nacional a unir esfuerzos en el apoyo, promoción y consolidación de la institución familiar, en el entendido que es la mejor y la más sólida estrategia para la prevención social. 

3.       Reconciliación para la Transformación

La Reconciliación es una norma de convivencia establecida por Dios; el propio Jesucristo entregó su vida para restaurar la relación de Dios con sus hijos, en vista del pecado que nos es inherente. Ese perdón también implica reconciliación entre los seres humanos y, por supuesto, entre los miembros de una nación.  La sociedad hondureña siempre ha estado dividida por razones económicas, políticas, sociales y culturales. Pero la crisis política  que derivó en un golpe de estado _como lo estableció el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación Para que los hechos no se repitan, del  28 de Junio 2009_ exacerbaron dicha división como nunca antes, cuyos efectos han hecho gran impacto en todos los sectores de la sociedad hondureña. La palabra de Dios nos dice que una nación dividida no prevalecerá; además, como cristianos estamos obligados al arrepentimiento y al perdón, por las ofensas cometidas, cualquiera sea la motivación y a trabajar juntos para construir la paz con desarrollo y justicia.

Se desarrolló un hermoso acto público de reconciliación entre personas cristianas que profesan inclinaciones políticamente diferentes, las que pusieron a un lado para facilitar un abrazo de verdaderos hermanos, hijos del mismo Dios, constituyendo una manifestación directa y divina, para indicar la cobertura del Altísimo.

Este ejemplar testimonio es una clara pauta de la voluntad de Dios para que autoridades eclesiásticas, líderes, organizaciones cristianas y el pueblo en general, busquemos la manera de confesar nuestros errores y pecados, pedir perdón, perdonar y reconciliarnos en justicia y verdad.

4.       Corrupción e Impunidad

Uno de los temas más apremiantes de la sociedad hondureña es la necesidad de erradicar la corrupción en todas sus manifestaciones, con énfasis en la justicia.  Existe una gran desconfianza generalizada en las instituciones del estado responsables de hacer prevalecer la Justicia en la nación. Dicha desconfianza, y por lo tanto, deslegitimación del sistema judicial, es producto de la inefectividad en el cometido de investigación, de infracciones penales, de las violaciones a los derechos humanos ampliamente demostrado, confirmando la falta de respuesta efectiva que genera altos índices de impunidad. Una reconciliación justa y duradera, debe satisfacer efectivamente la necesidad de justicia.   El estado debe adoptar medidas eficaces y apropiadas para luchar contra la impunidad.   Exhortamos al debate y diálogo sobre las acciones del Estado hondureño contra la impunidad con una activa participación del liderazgo de sociedad civil y cristiano del país. 

5.       Violencia e Inseguridad Ciudadana

El pleno expresó preocupación por el tema de la creciente  violencia y la indefensión ciudadana, aumentando la inseguridad en el país.  Se ha registrado una tasa de 82 muertes violentas  por 100,000 habitantes,  la más elevada  en la región centroamericana y una de las más elevadas  a nivel  mundial. Ante esta  situación de violencia recurrente y asociada  a crimen organizado, narcotráfico y corrupción, nos pronunciamos  por varias acciones ya presentadas en  el informe de la CVR: depuración y control de la policía, establecimiento y reactivación del CONASIN, investigación de casos de corrupción en los entes y operadores de justicia y otras acciones que deberán considerarse en esta etapa con apoyo internacional para asegurar su correcta resolución y trasparencia.
Reiteramos la necesidad de una Comisión Contra la Impunidad que se relaciona fuertemente a corrupción e impunidad de operadores de justicia, entes policiales y políticos en sus diversas expresiones. Como organizaciones cristianas creemos que únicamente acciones integrales y plenas y radicales podrán facilitar encontrar soluciones al tema de la inseguridad, tan vinculada con la corrupción. Este debe ser un tema permanente de oración para todos.

6.       Niñez y Futuro.

Concluimos que en el corazón y pasión de Dios está  privilegiar la niñez del país y especialmente a los niños  pobres para darles una opción digna, en una sociedad de  oportunidades.  Se le ha negado  acceso y calidad de educación y salud y hasta los mismos gremios magisteriales parecen conspirar contra sus propios pupilos, las niñas y niños de Honduras. Urgimos que se defina una política integral en pro de la niñez y no acciones aisladas manipuladas. Nos sumamos a la acción del movimiento Trasformemos Honduras en transparentar las acciones del sector educativo y de salud. Si no logramos cumplir en el presente con mejores escuelas, mejores maestros y mejor educación y mejor salud, toda esperanza de trasformar Honduras se desvanece, porque se trata de los líderes del futuro.

7.       Esperanza y Visión de Futuro.

La esperanza se articula porque si la ciudadanía hace suyos los valores de la ética, entonces podemos tener la esperanza que una ciudadanía activa asume esos valores éticos y los exige a las autoridades municipales y nacionales, en los tres poderes del Estado. Bajo este escenario la cultura de la impunidad no puede mantenerse, porque la cultura de la integridad permea todo el espacio de la sociedad. Honduras necesita buenos ciudadanos: Informados, críticos, responsables, íntegros y comprometidos. Allí reside la esperanza de la trasformación nacional.

8.       Compromiso ante la nación: Seguimiento y Vigilancia.

En el seno de la Comunidad Cristiana de Liderazgo y la presente alianza nos comprometemos a dar  seguimiento a las acciones de respuesta a los problemas identificados.  Asimismo nos   ofrecemos  en conjunto y dentro de las responsabilidades organizacionales e individuales para apoyar procesos a favor de estas causas.


Tegucigalpa 17 de noviembre del 2011


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